Como buena mujer miraba a todos los sitios donde oía ¡¡Que bonita!! ¡¡Que graciosa!!, dominándolo todo.

Cuando la vi eras la estrella de la calle, todos los perros detrás de ella, todas las personas diciéndole algo.
Pensé esto no puede ser, me quitara protagonismo y no hay nada mejor que unirse al enemigo, así lo hice, la coji del suelo y le dije muy bajito: ni te atrevas a ser la reina de la calle, lo menos que podemos hacer es compartir, y ella muy educada me dijo: Ya veremos, ¡¡Que jodia!!.